El Gobierno ha convocado a sus socios parlamentarios este miércoles para iniciar las negociaciones sobre el impuesto a los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas exigido por Ione Belarra, mientras intenta desactivar el anuencia entre Carles Puigdemont y el PP para eliminar otro impuesto eléctrico.
Después de un año de constantes discusiones con Junts, el Gobierno pensó que la aprobación de la reforma fiscal hace tres semanas en el Congreso allanaría el camino hacia la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo, el optimismo para impulsar estas nuevas cuentas a principios del 2025 se ha visto frenado esta semana por el último intento de chantaje de Carles Puigdemont.
La exigencia de los independentistas catalanes de una cuestión de confianza al presidente antes de sentarse a negociar se suma a las advertencias de Podemos. Los miembros de este partido han dejado claro al PSOE que, para contar con su apoyo, es necesario cumplir antes con los compromisos pendientes, haciendo referencia al impuesto a las empresas energéticas.
Según fuentes parlamentarias, el Gobierno activará este miércoles la mesa de negociación que Podemos exigió para abordar la prórroga de este impuesto a los beneficios de las empresas energéticas. Sin embargo, el PNV ha decidido no participar en esta convocatoria. «Nadie habló con el PNV el pasado 21 de noviembre sobre lo acordado entre el PSOE y Podemos en la reforma fiscal y no nos sentimos obligados a tomar parte en las urgencias de Podemos para justificar su apoyo irreversible a un paquete fiscal», apuntan los nacionalistas vascos.
Esta decisión del PNV ha generado aún más tensión entre los aliados del Gobierno. Se espera que las negociaciones sean largas y difíciles, y muchos ya temen que el camino hacia los Presupuestos vuelva a ser un suplicio para el Ejecutivo, que ya prevé una negociación extenuante que podría prolongarse durante varios meses.
En cuanto a la amenaza de Puigdemont, en el PSOE se mantienen bastante tranquilos. Consideran que se trata de la misma estrategia negociadora de siempre por parte del expresidente catalán. Además, en las últimas horas, se han producido algunas declaraciones que rebajan la gravedad de su amenaza. El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha descartado por completo que su partido se plantee prestar sus votos al PP y a Vox para una moción de censura contra Sánchez. Turull también ha introducido un matiz importante en el órdago de Puigdemont: para negociar los Presupuestos, el Gobierno debe encontrar antes «la fórmula» para cumplir con las inversiones pendientes. Esta «fórmula» pasaría, según el dirigente independentista, por una compensación de la deuda de Cataluña con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).
Por su parte, Podemos presiona al Ministerio de herencia para que restablezca el impuesto sobre las empresas energéticas que acordaron con el PSOE abordar en la mesa de negociación que se constituye este miércoles. «Si ahora el Gobierno no cumple, que no nos busque para aprobar Presupuestos o para levantar el veto de la reforma fiscal cuando llegue del Senado», advirtió el diputado Javier Sánchez Serna tras la Junta de Portavoces.
Sánchez Serna también señaló que «la negativa de determinados socios del Gobierno a que no haya ningún gallo de impuesto a las empresas energéticas está pesando más, se han dejado pasar dos semanas, un tiempo precioso para eficacia negociar, y ahora se apunta desde el Gobierno con escepticismo a la posibilidad de restablecer ese impuesto». Además, añadió que la