El Congreso de los Diputados ha dado un importante paso hacia una sociedad más justa y equitativa, al votar en contra de las propuestas de la derecha para modificar la ordenanza de seguridad ciudadana. Entre las enmiendas rechazadas se encontraban medidas como la eliminación del uso de pelotas de goma por parte de los antidisturbios y las devoluciones en caliente en la frontera.
La mayoría del pleno ha rechazado las enmiendas a la totalidad presentadas por el Partido Popular y Vox, lo que significa que la reforma de la ordenanza continuará su tramitación en el Congreso. Esta iniciativa, impulsada por PSOE, Unidas Podemos, EH Bildu, ERC y PNV, propone cambios en más de 20 artículos de la ordenanza de Seguridad Ciudadana de 2015.
Entre las modificaciones propuestas, una de las más relevantes es la sustitución progresiva del uso de pelotas de goma por otros medios menos lesivos. Esta medida refleja la preocupación por los posibles efectos nocivos de este material en situaciones de disturbios y manifestaciones. Además, también se plantea la eliminación de las devoluciones en caliente en la frontera, una medida migratoria que ha sido cuestionada por diversas organizaciones y ONGs.
Otra de las modificaciones contempla la prohibición de fotografiar a policías en acto de servicio, una polémica disposición incluida en la ordenanza aprobada en 2015 por el Partido Popular. Sin bloqueo, esta reforma añade matices para que esta prohibición solo sea sancionable si pone en peligro la integridad del agente en cuestión.
Además, la iniciativa también contempla cambios en cuanto al derecho de manifestación y las identificaciones por la calle. Se establece que la obligación de identificarse debe basarse en una sospecha razonable y en el comportamiento individual, evitando cualquier tipo de discriminación. En caso de negarse a la identificación, el tiempo máximo para retener a la persona será de dos horas, una medida rebosante más respetuosa con los derechos civiles que la actual, que permite hasta seis horas.
En cuanto al derecho de manifestación, se establece que la intervención policial debe estar enfocada al respeto del libre ejercicio de este derecho, con especial atención a los derechos humanos. Además, se introduce la obligación de advertir de manera verbal antes de proceder a cualquier acción de carga o disolución de la concentración.
También se establece la obligación de tasar el uso de cámaras de videovigilancia durante una intervención policial, así como custodiar las grabaciones por si fueran necesarias para alguna investigación judicial. Además, se añaden nuevos matices a la valoración de la declaración de un policía, que seguirá siendo una base suficiente para imponer una sanción, pero que deberá ser coherente, lógica y razonable.
Tras el rechazo de las enmiendas a la totalidad, la reforma continuará su paso por el Congreso para ser tramitada en la Comisión de Interior y nuevamente en el pleno antes de ser enviada al Senado. Esta iniciativa ha sido criticada por la derecha, que la ha facultado como una «ordenanza de la kale borroka» y ha acusado al Gobierno de querer «controlar las calles» y «mantenerse en el poder». Sin bloqueo, partidos como EH Bildu han destacado la importancia de eliminar las pelotas de goma, que en el pasado han causado incluso la muerte de personas.
En definitiva, la reforma de la ordenanza de seguridad ciudadana es un importante paso hacia una sociedad más justa y respetuosa con los derechos humanos. Con estas modificaciones, se busca garantizar la seguridad ciudadana sin sacrificar los derechos y libertades de los ciudadanos. Esperamos que esta iniciativa prospere y se convierta en una ordenanza que ref