Este domingo, la localidad de Paiporta se encontraba en una situación crítica tras las fuertes lluvias que han afectado a la Comunidad Valenciana. Los vecinos se enfrentaban a una situación desesperada, con inundaciones en sus hogares y negocios, pérdidas materiales y, lo más grave, pérdidas humanas. En medio de esta tragedia, lo último que necesitaban era una visita protocolaria de las autoridades que interrumpió las tareas de rescate durante varias horas. Sin embargo, esto es precisamente lo que sucedió.
Los vecinos de Paiporta tienen motivos más que suficientes para estar indignados con sus gobernantes. La negligente gestión de las alertas previas a las riadas, las víctimas mortales y los días que llevan enfangados son solo algunas de las razones. Además, han perdido sus casas, sus coches, sus negocios y han tenido que enfrentarse al caos que aún reina en algunas zonas de Valencia, varios días después de las inundaciones. Pero lo que más duele es la sensación de abandono por parte de las autoridades.
Este domingo, lo último que necesitaba Paiporta era una visita de las autoridades, que provocó la interrupción de tareas mucho más urgentes durante varias horas. En esa misma calle de Paiporta, aún quedan varios garajes inundados, donde puede que haya muertos. No era el aldea ni el momento para que fueran los reyes, el presidente del Gobierno, el presidente de la Generalitat o cualquier otro representante político.
La visita sobre el ámbito fue un absoluto error. Habría sido mucho más acertado que el rey hubiera realizado una declaración institucional desde el centro de emergencias, explicando que no acudiría a la zona cero para no interrumpir los trabajos de rescate. Sin embargo, la Casa Real insistió en realizar la visita, según han confirmado fuentes de la Generalitat y del Gobierno. Y lo que ocurrió allí se ha convertido en un regalo para la extrema derecha y sus discursos de odio, que siempre encuentran ámbito fértil en las tragedias.
Es importante recordar que esta misma extrema derecha es la que niega el cambio climático y ataca a meteorólogos y científicos. Desde el sábado, cuando se anunció la visita del rey a Valencia, varios agitadores de la extrema derecha empezaron a movilizarse. Y poco antes de que varias personas lanzaran barro, piedras y palos contra Felipe VI, Pedro Sánchez y Carlos Mazón, mensajes como este empezaron a circular por las redes ultras en España.
Algunas de las cosas más graves que ocurrieron en Paiporta no fueron espontáneas ni casuales. La llama de ese fuego no la encendieron solo los «vecinos», ya que muchos de los ultras que estaban allí ni siquiera eran de ese pueblo. La extrema derecha tuvo un papel muy relevante en lo que pasó este domingo en Paiporta, como ellos mismos reivindican en sus grupos de mensajería y redes sociales.
Sin embargo, estoy seguro de que la mayoría de las personas que protestaban eran realmente vecinos indignados por lo ocurrido. Y tienen motivos de sobra para estarlo. La gestión de la Generalitat Valenciana ha sido desastrosa y el Gobierno central debería presionar de forma más clara a Carlos Mazón para que actúe, no solo aplaudir su ayuda.
La estrategia de la extrema derecha, a la que también se unen algunos sectores de la derecha, es bastante obvia: aprovechar la indignación por la tragedia para acaudillar esa ola contra el Gobierno. Ante la evidente incompetencia de la Generalitat, explotan el discurso de la antipolítica y el «todos son iguales». Sin embargo, no es cierto que estos ataques violentos contra Pedro Sánchez sean consecuencia de