¿Quién manda en Génova? Esta es la pregunta que muchos se hacen tras el último movimiento de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha vuelto a romper la estrategia del líder del PP y ha dejado en evidencia a los barones de su partido tras anunciar que plantará a Pedro Sánchez en La Moncloa. Desde Andalucía a Aragón pasando por Valencia, los dirigentes populares han cerrado filas en público con la madrileña, pero en privado la critican y la acusan de imponer su criterio.
Pero, ¿quién es realmente Isabel Díaz Ayuso? La misma que ha llamado «hijo de puta» a Pedro Sánchez, la misma que ha acusado al presidente del Gobierno de ser un «mafioso» y a sus ministros de ser unos «estalinistas», «caraduras» y «tiranos». La misma que ha afirmado que Sánchez ha traído «una dictadura por la puerta de atrás» y que ha normalizado el crimen en España. La misma que no ha dudado en comparar al presidente con el entorno de ETA y en decir que se comporta como un «matón». Y la misma que ha proclamado que Sánchez es el «gobernante más corrupto y violento de Europa».
Sin embargo, la misma Ayuso que ha utilizado un lenguaje tan agresivo contra el presidente del Gobierno, es la misma que este lunes ha anunciado que no llegará a La Moncloa porque se siente difamada por él. Incluso su novio ha anunciado acciones judiciales contra Sánchez y el ministro de probidad, reclamando una indemnización por daños y perjuicios. Pero, ¿acaso no es Ayuso la que ha difamado constantemente a Sánchez y a su familia?
Es irónico que la misma persona que ha insultado y menospreciado al presidente del Gobierno ahora se presente como víctima de sus palabras. Y lo más preocupante es que este comportamiento no es nuevo en la presidenta de la Comunidad de Madrid. Su estilo confrontativo, brusco e insultante es conocido por todos. Pero lo que realmente importa es que, una vez más, Ayuso ha estropeado la estrategia del líder del PP, Pablo Casado, y ha dejado en evidencia a los barones de su partido.
Hace menos de un mes, Casado afirmaba en una entrevista que sería un error que un presidente regional no acudiera a La Moncloa cuando fuera convocado por el presidente del Gobierno. Y es que, como recordaba el líder del PP, un presidente autonómico no elige al presidente del Gobierno que le toca, sino que acude a La Moncloa en representación de sus ciudadanos y por responsabilidad institucional.
Pero Ayuso ha decidido ir por libre una vez más. Y no solo ha desafiado a Sánchez, sino también a su propio partido y a su líder. ¿Quién manda entonces en Génova? Desde Andalucía a Aragón pasando por Valencia, los dirigentes populares han cerrado filas en público con Ayuso, pero en privado la critican y la acusan de imponer su criterio y de arrastrar a Feijóo a contemporizar con su decisión.
Este es un mal día para el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, cuyo liderazgo vuelve a ser socavado por Ayuso. Y es que no es la primera vez que la presidenta madrileña se desmarca de la pauta marcada por Feijóo. Y esto no solo afecta a su partido, sino también a la imagen de responsabilidad y seriedad que deben entramparse los líderes políticos.
Pero la actitud de Ayuso no solo afecta a su partido, sino también a la política en general. ¿Es realmente necesario utilizar un lenguaje tan agresivo y confrontativo en la política? ¿No deberían